Geografía e Historia
4º ESO

Tema 2: Revolución Rusa y economía de entreguerras

VOCABULARIO

  • AUTOCRACIA ZARISTA.- Autocracia (del griego αυτος autos ”uno mismo” y χρατος khratos “gobierno, poder”) es un sistema de gobierno absoluto, en el cual la voluntad de una sola persona es la suprema ley. Se refiere generalmente a la monarquía absoluta, pero especialmente al régimen zarista ruso, cuyo dirigente asumía el título de "Autócrata de Todas las Rusias". En la actualidad el uso del calificativo "autocracia" como sinónimo de monarquía ha caído en desuso utilizándose más tiranía o dictadura. Sin importar el grado o precisión como se quiera definir, la autocracia siempre es un sistema político diametralmente opuesto a la democracia. La Rusia zarista de fines del siglo XIX y principios del XX puede ser definida como un sistema autocrático, es decir, basado en la voluntad soberana de una sola persona, en este caso del zar (o césar, heredero del emperador romano de Oriente). No había ningún tipo de órgano representativo relevante ni parlamento, y los partidos políticos no estaban permitidos. Al servicio del zar se encontraban la aristocracia tradicional, la Iglesia ortodoxa y un ejército capitaneados por el propio monarca, una burocracia muy centralizada y un temido aparato represivo, encabezado por la policía política.
  • BOLCHEVIQUES.- Bolchevismo.- Doctrina política basada en la interpretación y puesta en práctica del socialismo científico (comunismo) de Karl Marx por Lenin (Vladímir Ilich Uliánov). Estas teorías se perfilaron en el II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR) celebrado en Londres en 1903. La divergencia de los puntos de vista de los delegados del Congreso cristalizó en dos fracciones; la más radical, encabezada por Lenin, abogaba por un partido fuertemente unificado dirigido por miembros revolucionarios, profesionales y activos, dispuestos a preparar el camino para establecer una sociedad comunista. En el otro lado sus oponentes proponían admitir a cualquiera que simpatizara en general con los objetivos del partido, sin tener en cuenta su participación activa. En este punto concreto el Congreso apoyó el segundo planteamiento, pero en otros asuntos y en la votación final para elegir al secretario del partido, el Congreso favoreció a Lenin. El sector dirigido por éste fue desde entonces denominado bolchevique (del ruso bolshevik o bolševik, “mayoritario”) y la oposición, menchevique (del ruso menshevik, “minoritario”). Diferencias entre las facciones.- Las diferencias básicas entre bolcheviques y mencheviques aparecieron con mayor claridad en los años siguientes, cuando lo que en un principio era un acuerdo sobre un programa de actuación política (la deposición del zarismo, la instauración de un gobierno constitucional y, al fin, la supresión del capitalismo y el establecimiento de una sociedad comunista), en la práctica terminó marcando con gran dureza las divergencias. Los bolcheviques apoyaban los objetivos tan sólo en la medida en que conducían hacia la meta final: la revolución comunista. Sin embargo los mencheviques, creyendo que Rusia no estaba preparada aún para la revolución (de acuerdo con los postulados marxistas), insistieron en políticas reformistas, sobre todo en la implantación de un gobierno constitucional. La escisión en dos partidos.- Como resultado de las crecientes diferencias, la escisión de las dos fracciones se produjo en 1912. Los bolcheviques usaron tanto tácticas legales como clandestinas para aplicar su programa y hacerse con afiliados. Los bolcheviques se opusieron a la I Guerra Mundial considerándola un conflicto imperialista en el que no deberían intervenir los socialistas; pero los mencheviques y los socialrevolucionarios, anteponiendo los intereses nacionales a los de la clase trabajadora, apoyaron el esfuerzo bélico ruso. Como consecuencia del fracaso militar y de la creciente muestra de la ineficacia del gobierno estalló la primera fase de la Revolución Rusa en febrero de 1917, que determinó la abdicación del zar y la implantación de un régimen parlamentario. El Gobierno Provisional, en el que había mencheviques, fue acusado por los bolcheviques de reticencia al desarrollo de la revolución que conducía al socialismo. Los bolcheviques acometieron esta tarea a través de los soviets de obreros y de soldados, y conquistaron el poder en octubre de 1917. En 1918, con el nuevo nombre de Partido Comunista Ruso (bolchevique), comenzaron su desarrollo como la organización política predominante primero y exclusiva después que hizo posible la creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). En 1925 el Partido volvió a cambiar de nombre, adoptando el de Partido Comunista de los Bolcheviques de la Unión, y finalmente pasaría a denominarse Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) en 1952. La historia del bolchevismo es inseparable de la del comunismo soviético.
  • BURBUJA ESPECULATIVA.- También llamada burbuja de mercado, burbuja financiera o manía especulativa. Es un fenómeno bursátil que se presenta toda vez que se negocian altos volúmenes a precios que difieren considerablemente de los valores intrínsecos. Las causas de las burbujas siguen siendo un desafío para la teoría económica. La burbuja especulativa de 1925 se produjo debido a un auge bursátil que fue resultado de la buena situación de las empresas y sus favorables perspectivas de futuro. Esta consistía en que el aumento del valor de las acciones se produciría sobre todo por el convencimiento entre los inversores de que cuanto antes compraran mayor sería la ganancia que obtendrían, resultado no del dividendo a recibir sino de la diferencia entre el precio de compra y el de venta (plusvalía bursátil). Este fenómeno forma parte de un mecanismo de psicología colectiva: ante la confianza de que las cotizaciones seguirían subiendo, ningún inversor quería ser el último en comprar, lo cual generó una gran demanda de valores bursátiles que hacía aumentar todavía más su cotización en el mercado.COMUNISMO DE GUERRA.- Término aplicado a la política económica y social seguida durante la Guerra Civil rusa (1918-1921) por el gobierno del dirigente bolchevique Lenin. Eran fruto de la ideología comunista y tenían como objetivo el desarrollo de la economía socialista de Estado; y también, eran respuestas pragmáticas a los acuciantes problemas económicos, especialmente a la grave crisis económica y la necesidad de equipar al Ejército Rojo durante la Guerra Civil. Hacia finales de la primavera y comienzos del verano de 1918, el gobierno comunista introdujo diversas medidas económicas: la incautación de los productos agrícolas, la nacionalización de los medios de producción, el control estatal del comercio, el control centralizado de la producción y distribución, la asignación estatal de los recursos y la sustitución del dinero por el sistema del trueque. Hacia el final de la Guerra Civil, el gobierno prosiguió, e incluso intensificó, la política de incautación y control. Ésta alcanzó su punto máximo en 1920, con las propuestas de militarización del trabajo, apadrinadas por Trotski, según las cuales los trabajadores de algunas áreas serían obligados a trabajar en zonas e industrias determinadas, bajo una disciplina militar. Sin embargo, la producción agrícola e industrial disminuyó precipitadamente. Durante el invierno de 1920-1921, la hambruna provocada por la sequía, la situación de privación general, la creciente oposición de los campesinos a la incautación del grano y el rechazo a las impopulares medidas gubernamentales motivaron huelgas y revueltas en todo el país a las que el régimen respondió endureciendo la represión. En marzo de 1921, los marineros de la base naval de Kronstadt, que anteriormente habían sido ardientes aliados de los bolcheviques, encabezaron una revuelta contra la austeridad de la política económica y la represión de las huelgas. La rebelión de Kronstadt contribuyó al abandono del comunismo de guerra en favor de la Nueva Política Económica (NEP), aprobada en el X Congreso del Partido Comunista en marzo de 1921. La NEP relajó el control del gobierno sobre la economía, particularmente en el sector agrícola, y permitió la existencia de algunas empresas privadas para facilitar la recuperación económica. No obstante, los comunistas declararon que se trataba únicamente de un aplazamiento temporal antes de reanudar la marcha hacia el socialismo. El dirigente soviético Iósiv Stalin retomó posteriormente muchas de las medidas del comunismo de guerra en su política de industrialización de la década de 1930 y en el sistema económico soviético que de ella surgió.
  • CRACK DE LA BOLSA DE NUEVA YORK.- También crash y crac. Quiebra súbita y rápida. Se aplica al hundimiento de la cotización de las acciones de la Bolsa de Nueva York en 1929. El crack de la Bolsa de Nueva York (Octubre de 1929) fue el origen de una recesión económica sin precedentes, la mayor que haya sufrido el sistema capitalista a lo largo de su historia. Además de su trascendencia estrictamente económica acarreó importantes repercusiones sociales, políticas, morales e ideológicas que pusieron en entredicho el modelo liberal hasta entonces vigente. El 24 de octubre de 1929 ha recibido el nombre de "Jueves negro". Las razones de tal apelativo residen en que ese día la Bolsa de Nueva York, el mayor mercado de valores del mundo, se hundió y arrastró consigo a la ruina a miles de inversores desatando una crisis que condujo a la depresión de los años 30. Durante los meses precedentes se percibieron inquietantes signos de estancamiento en el mercado de valores. Una semana antes del crack se ejecutaron ventas de acciones superiores a lo normal. El 21 de octubre esas ventas se incrementaron, pero fueron contrarrestadas por las compras que realizaron las grandes entidades bancarias (Banca Morgan). Ese 24 de octubre se pusieron a la venta 13 millones acciones sin que en contrapartida las compras fuesen significativas. El martes 29 fueron 33 millones las que se enajenaron. La oferta masiva de títulos devaluó su cotización e impulsó a los inversores a desprenderse de sus activos. El camino hacia el crack había comenzado a pesar del esfuerzo de los bancos por evitar el desplome de las cotizaciones mediante la adquisición de valores. El intento fracasó y la Bolsa se hundió arrastrando consigo a todos los inversores entre los que hubo que contar importantes corporaciones financieras y bancarias. Más de un millón de familias quedó en la más absoluta ruina pues habían invertido sus ahorros, contraído créditos e hipotecado sus casas con la finalidad de adquirir unas acciones que inopinadamente habían perdido la mayor parte de su valor. El paso siguiente en el proceso fue la actuación de los bancos, que temerosos de la retirada de ahorros por parte de sus clientes, vendieron sus propias acciones con el fin de obtener liquidez, acentuado de ese modo la caída del mercado. Arruinados los inversores en bolsa, los ahorradores retiraron sus depósitos bancarios y con ello anularon la capacidad crediticia de éstos. Muchas entidades no pudieron afrontar la masiva retirada de capitales y quebraron. Las empresas fueron privadas de ese modo de una fuente esencial de financiación y se vieron empujadas a reestructurar la producción y sus plantillas laborales. Unas 32.000 firmas desaparecieron entre 1929 y 1932. La interrupción de los créditos al consumo constriñó la demanda y la actividad productiva industrial. La combinación de restricción de créditos, quiebras bancarias y cierre de empresas originó un paro sin precedentes (más de 15 millones de desempleados) y una importante reducción de los salarios. Lo ocurrido en Wall Street se reprodujo de una forma vertiginosa en las demás bolsas de EEUU, desde Chicago hasta San Francisco. Fue un triste final para un decenio marcado por el optimismo, el alto nivel de empleo y la prosperidad. A partir de esta crisis desapareció la confianza en la banca, los banqueros, la Bolsa y los agentes financieros. Se generalizaron las dimisiones y las quiebras. El impago y la morosidad en las hipotecas se dispararon. La clase media se redujo. Muchas personas quedaron sin trabajo. Aunque muchos analistas pensaron al principio que se trataba de un ajuste pasajero del mercado, el crack de Wall Street marcó el inicio de la Gran Depresión de la década de 1930, sentando las bases para la adopción del programa del New Deal por Franklin D. Roosevelt en 1933 y de las políticas Keynesianas.
  • CRISIS DE LIQUIDEZ.- Falta de recursos monetarios para hacer frente al pago de las deudas. La crisis de liquidez, como consecuencia del crack de la Bolsa de Nueva York, favoreció la expansión de la crisis. La caída de las acciones generó una cadena de impagos y provoco el cierre de muchas industrias y entidades bancarias. Además, la necesidad de liquidez forzó la retirada de inversores y de inversiones en Europa y la cancelación de muchos créditos a países exportadores de alimentos (países menos desarrollados). De este modo, la crisis se exportó al resto del mundo.
  • DEFLACIÓN.- La deflación es una caída de los precios en el conjunto de la economía que se prolonga durante varios períodos (al menos dos trimestres según el Fondo Monetario Internacional). Por lo tanto, se excluyen las caídas de precios en sectores concretos o que se produzcan de forma puntual. Se trata de una de las causas que originaron la Gran Depresión, junto con la sobreproducción industrial, la crisis de liquidez y la caída del consumo. Es el movimiento contrario a la inflación. Esta situación económica en que los precios disminuyen es producida por una falta de demanda o por un exceso de la oferta, y es mucho más maligna, y temida por los empresarios que la inflación. La disminución de los precios comporta un aumento del poder adquisitivo de la unidad monetaria del país. La deflación puede desencadenar un círculo vicioso: Los comerciantes tienen que vender sus productos para cubrir al menos sus costes fijos, por lo que bajan los precios. Con precios bajando de forma generalizada, la demanda disminuye más, porque los consumidores entienden que no merece la pena comprar si mañana todo será todavía más barato. Dado este círculo vicioso, la deflación se convierte en causa y efecto de la falta de circulación del dinero en la economía, porque todos prefieren retenerlo. Al final, la economía se derrumba, dado que la industria no encuentra salida a sus productos y sólo consigue pérdidas.
  • EJÉRCITO ROJO.- Fuerzas Armadas de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), constituido oficialmente el 28 de enero de 1918 a partir del Ejército Imperial ruso y cuya existencia llegó a su fin en diciembre de 1991, cuando tuvo lugar la desintegración del Estado soviético. El encargado de su formación fue el dirigente bolchevique Liev Trotski. Su objetivo inicial era defender las fronteras de la URSS y proteger los logros de la Revolución Rusa frente a sus enemigos. La incorporación a filas fue voluntaria en un principio, de acuerdo con los ideales comunistas, pero al cabo de unos meses se introdujo el reclutamiento obligatorio. Como resultado de la revolución bolchevique el Ejército Rojo no introdujo ningún saludo oficial y careció de una jerarquía definida hasta 1935; sin embargo, adquirió una estructura mucho más convencional en los años siguientes. Antes de que se produjera la desintegración de la URSS en 1991 estas tropas tomaron parte en tres importantes conflictos bélicos: la Guerra Civil rusa (1918-1922), la II Guerra Mundial (1939-1945) y la guerra de Afganistán (1979-1989). El Ejército Rojo llegó a disponer de 12,5 millones de soldados durante la II Guerra Mundial. Fue una fuerza de vigilancia establecida en los estados del Pacto de Varsovia que se utilizó para aplastar las rebeliones contra los regímenes comunistas desatadas en Hungría en 1956 (Revolución húngara) y en Checoslovaquia en 1968 (primavera de Praga). A lo largo de la década de 1970 se reforzó este cuerpo ante la posibilidad de tener que librar una guerra convencional en Europa y para proyectar el poder soviético sobre el mundo, como oposición al de Estados Unidos.
  • EL GRAN DEBATE.- En 1924 murió Lenin, el líder indiscutible de los bolcheviques, dejando así la incógnita sobre su sucesión. El vacío de poder desencadenó rápidamente una lucha entre dirigentes del Partido Bolchevique, conocida como el gran debate, que se desarrolló entre 1924 y 1928 en diversos frentes: por la jefatura del Partido, por el poder en el Estado soviético y por la dirección y orientación de la revolución. El debate se polarizó en torno a dos figuras Trotski y Stalin. Aunque las intrigas implicaron a otros líderes Kámenev, Zinóviev, Lunacharski y Bujarin. Trotski representaba el ala más radical, defendía el abandono de la NEP, las colectivizaciones y la extensión de la revolución. Stalin representaba posiciones más conservadoras, proponía continuar con un sistema de economía mixto, el socialismo en un solo país y reservar las decisiones políticas a los dirigentes del PCUS. En 1927 la lucha se agudizó y Stalin consiguió el poder, orientando la revolución en un sentido autoritario en manos de un dictador, con un centralismo absoluto, poniendo fin a la NEP, forzando la colectivización de toda propiedad y persiguiendo a quien se resistiese.
  • ESTADO DE BIENESTAR.- Las experiencias del New Deal y la planificación económica, iniciadas en la década de 1930, mostraron que el Estado debía jugar un importante papel para asegurar empleos a todos los habitantes, garantizar el bienestar de la población, impulsar el desarrollo económico y evitar crisis como la que se había producido en 1929. El Estado de bienestar se da cuando el Estado asegura la protección social, entendida ésta mediante derechos tales como la sanidad, la vivienda, la educación, los servicios sociales, las pensiones de jubilación o la protección del empleo o del empleado. El reformismo socialdemócrata, el socialismo cristiano, élites políticas y económicas ilustradas, y grandes sindicatos industriales fueron las fuerzas más importantes que abogaron en su favor y otorgaron esquemas más y más amplios de seguro obligatorio, leyes sobre protección del trabajo, salario mínimo, expansión de servicios sanitarios y educativos y alojamientos estatalmente subvencionados… El concepto, surgido en la segunda mitad del siglo XX, parte de la premisa de que el gobierno de un Estado debe ejecutar determinadas políticas sociales que garanticen y aseguren el ‘bienestar’ de los ciudadanos en determinados marcos como el de la sanidad, la educación y la seguridad social. Estos programas gubernamentales, financiados con los presupuestos estatales, deben tener un carácter gratuito, en tanto que son posibles gracias a fondos procedentes del erario público, sufragado a partir de las imposiciones fiscales con que el Estado grava a los propios ciudadanos. En este sentido, el Estado de bienestar no hace sino generar un proceso de redistribución de la riqueza, pues, en principio, las clases inferiores de una sociedad son las más beneficiadas por una cobertura social que no podrían alcanzar con sus propios ingresos. En general, casi todos los grupos políticos de las sociedades desarrolladas ejercitan políticas tendentes a conseguir un cierto Estado de bienestar. Pese a ello, existen diferencias entre las políticas que en este sentido aplican los partidos de tendencia liberal más conservadora (que entienden el Estado de bienestar como la garantía de que ningún individuo subsista por debajo de un mínimo umbral de calidad de vida) y las formaciones socialistas o socialdemócratas (para las cuales el Estado de bienestar significa la posibilidad de construir una sociedad más justa y solidaria).
  • FRANKLIN DELANO ROOSEVELT.- (1882-1945) Político estadounidense, presidente de Estados Unidos (1933-1945), el único elegido cuatro veces consecutivas; su programa, conocido como el New Deal, fue una respuesta a la Gran Depresión; durante la II Guerra Mundial, llegó a significados acuerdos con el resto de los aliados para derrotar a las potencias del Eje y establecer una organización internacional que gestionara la paz posterior. Era primo lejano de otro presidente estadounidense y premio Nóbel de la Paz, Theodore Roosevelt (1858-1919). Como miembro del Partido Demócrata, su carrera política empezó con su elección para el Senado del estado de Nueva York en 1910. Fue gobernador de Nueva York (1929-1933). Cuando en el año de inicio de su cargo neoyorquino comenzó la Gran Depresión, intentó extender la protección del gobierno del estado a la población urbana a través de la Temporary Emergency Relief Administration (Agencia de Socorro en Emergencias Temporales). Comoquiera que la crisis económica se agudizó, reunió al denominado Brain Trust (un grupo de profesores de la Universidad de Columbia que colaboraría más tarde en su asesoramiento para aplicar el New Deal) con el objeto de elaborar un programa global que diseñara soluciones para la Gran Depresión. Roosevelt ganó la nominación del Partido Demócrata a la presidencia, lo que le permitió derrotar fácilmente a Hoover en las elecciones celebradas en 1932. Su promesa electoral de “un nuevo reparto para el pueblo estadounidense” le llevó en 1933 a la presidencia. En una época de alarmante desempleo, con la bolsa de valores hundida, miles de bancos inmersos en procesos de quiebra y los precios de los productos agrícolas por debajo del coste de producción, el Congreso aprobó a petición de Roosevelt una serie de medidas de emergencia. El New Deal (nombre de la política económica y social aplicada por Roosevelt) apuntaba a la búsqueda de soluciones a largo plazo para la Gran Depresión. El conjunto de medidas legislativas puestas en práctica (mirar vocabulario New Deal) ha sido considerado como el comienzo del Estado de bienestar en Estados Unidos. Fue reelegido presidente en la cita electoral de 1936, 1940 y 1944, respectivamente. Antes de la II Guerra Mundial el país retornó a su tradicional aislacionismo. El ataque japonés a la base estadounidense de Pearl Harbor (Hawai) el 7 de diciembre de 1941 hizo que Estados Unidos entrara al día siguiente en el conflicto, alineándose junto a Gran Bretaña y la URSS. En la Conferencia de Yalta (febrero de 1945), Roosevelt, Churchill y Stalin organizaron el futuro de la Europa liberada tras la contienda, también se tomó la decisión de crear tras la guerra un organismo internacional con el objetivo de preservar la paz. Sin embargo, Roosevelt no pudo asistir al final de la guerra ni a la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Falleció el 12 de abril de 1945, y fue sucedido por su vicepresidente, Harry S. Truman.
  • HERBERT HOOVER.- (1874-1964), Ingeniero estadounidense, fue dirigente del partido republicano y elegido presidente de Estados Unidos poco antes del crack de la Bolsa de 1929. Como muchos otros norteamericanos, no supo captar la gravedad de la depresión y se atrevió a pronosticar que “la recuperación estaba a la vuelta de la esquina”, defendiendo que la economía se recuperaría por sus propios medios, oponiéndose a la intervención de los poderes públicos. Criticó a los países europeos, como el Reino Unido y Francia, por adoptar medidas de protección a los parados y postuló que las ayudas del gobierno solo conseguirán desincentivar a la población que dejaría de buscar soluciones por si misma. Como la crisis y el desempleo continuaron aumentando, finalmente se decidió a promover la creación de organismos estatales para facilitar liquidez a los bancos y promover préstamos para fundar nuevas empresas. Sin embargo, resulto too little, too late (“demasiado poco, demasiado tarde”) y en las elecciones de 1933 fue derrotado por el demócrata Franklin Delano Roosevelt, que presentaba un amplio programa de reconstrucción del país basado en la política del New Deal.
  • JOHN MAYNARD KEYNES.- (1883-1946), economista británico. Sus ideas, sustrato de una nueva escuela de pensamiento económico denominada keynesianismo, influyeron en el diseño de las políticas económicas de muchos países desde la finalización de la II Guerra Mundial. Su principal obra, La teoría general sobre el empleo, el interés y el dinero (1936), es uno de los tratados teóricos más importantes del siglo XX. Nació en Cambridge, hijo del economista John Neville Keynes. Fue representante de su país en la Conferencia de Paz de París (1919). En el transcurso de ésta se opuso a los términos económicos establecidos por el Tratado de Versalles y renunció a su puesto, para después escribir Las consecuencias económicas de la paz (1919); en este escrito predijo que las enormes indemnizaciones impuestas a Alemania en concepto de reparaciones de guerra desembocarían en una inflación generalizada y empujarían al Estado alemán hacia el nacionalismo económico y la reaparición del militarismo. En 1930 escribió Tratado sobre el dinero, muy influido por el reciente crac de 1929 y sus primeras consecuencias. Keynes analizó en profundidad los problemas relativos a las depresiones prolongadas en La teoría general sobre el empleo, el interés y el dinero. Argumentó la inexistencia de mecanismos de ajuste automático que permitan a la economía recuperarse de las recesiones. Afirmaba que el ahorro no invertido prolonga el estancamiento económico y que las inversiones empresariales dependen de la creación de nuevos mercados, de la utilización de nuevos adelantos técnicos y de otras variables. Puesto que la inversión empresarial fluctúa, no se puede esperar que ésta pueda preservar un nivel de pleno empleo y unos ingresos estables. Por ello, aseguraba que debían ser los gobiernos (factor ignorado hasta entonces), los que tendrían que convertirse en instrumentos económicos activos y compensar (a través de políticas económicas adecuadas) la insuficiencia de inversión privada durante una recesión con la reducción de impuestos y, sobre todo, con el incremento del gasto público. Así, defendió los programas económicos de inversión pública que ya se estaban ensayando en el Reino Unido y, muy especialmente, en Estados Unidos, donde el presidente Franklin Delano Roosevelt había afrontado la lucha contra la Gran Depresión con su política de New Deal. En 1942 recibió el título de barón Keynes de Tilton y, dos años más tarde, dirigió la delegación británica que asistió a la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas (más conocida por el nombre de Conferencia de Bretton Woods). Presentó en este foro el Plan Keynes, que promovía la institución de un organismo financiero internacional al que debían estar sujetos los distintos bancos centrales nacionales y que podría conceder créditos internacionales. Estas propuestas tuvieron una inmediata repercusión y, aunque no se materializaron exactamente según el modelo de Keynes, se tradujeron en la fundación del Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
  • JUEVES NEGRO.- La primera manifestación de la crisis económica se inició cuando, ante el convencimiento de que las cotizaciones de la Bolsa no podían seguir subiendo, algunos inversores empezaron a poner sus acciones a la venta con la esperanza de obtener unos buenos beneficios. Pero, frente a la masiva oferta de títulos, las cotizaciones comenzaron a bajar, provocando un efecto en cadena que hizo incrementar todavía más el número de acciones a la venta. La desmesurada oferta comportó el desplome del valor de las acciones, lo cual provocó el llamado “jueves negro” (24 de octubre de 1929). Ese día el pánico se apoderó de los inversores y 13 millones de títulos fueron puestos a la venta sin que se encontrasen compradores. Fue el crack o crash de la Bolsa de Nueva York. A partir de entonces, al deseo de comprar lo antes posible para ganar más dio paso al de vender cuanto antes para perder lo menos posible. La caída en picado del valor de las acciones arruinó a muchos inversores. Las exigencias de los bancos de cancelar los préstamos para la compra de acciones comportaron otra oleada de ventas, que dio lugar a un “martes negro” el 29 de octubre. El camino hacia la Depresión había comenzado. Diecinueve millones de acciones se lanzaron al mercado y perdieron el 30% de su valor. Fue el inicio de la gran depresión de los años 30.
  • KERENSKI.- Alexandr Fiódorovich Kerenski (1881-1970), líder revolucionario ruso que presidía el gobierno provisional antes de que los bolcheviques tomaran el poder en noviembre de 1917. Durante su juventud, se unió en secreto al Partido Socialista Revolucionario, que en aquella época estaba prohibido por ser considerado como un grupo subversivo. En 1912 fue elegido diputado de la Duma. Tras la caída del Zar y el establecimiento de un gobierno provisional republicano, Kerenski fue nombrado ministro de Justicia y poco después ministro de Guerra. Más tarde fue nombrado jefe del gobierno provisional establecido tras la revolución de julio que siguió al fracaso en el frente. Una de las primeras medidas que adoptó tras aceptar su nuevo cargo fue la supresión del Partido Bolchevique presidido por Lenin. Éste se ocultó en Finlandia; otros dirigentes bolcheviques, entre los que se encontraba Liev Trotski, fueron arrestados. Sin embargo, Kerenski no consiguió neutralizar el deterioro constante de la situación económica y militar del país, lo que permitió a los bolcheviques minar el prestigio de su gobierno y hacerse con el control de los soviets (consejos) de trabajadores, soldados y campesinos, llegando a establecer una estructura de poder paralela a la del gobierno provisional. Kerenski también se veía acosado desde la derecha por los monárquicos y otros sectores reaccionarios que pretendían aplastar la revolución. No tomó medidas efectivas cuando el general Kornílov intentó marchar sobre la capital en el mes de septiembre y proclamar una dictadura militar dirigida por él. Este golpe de Estado no prosperó debido a la intervención de los bolcheviques, que aprovecharon esta acción para tomar el poder el 7 de noviembre de 1917. Kerenski, que se encontraba en el frente en esos momentos intentando ganar el apoyo de las tropas, organizó una fuerza militar y trató de capturar Petrogrado, pero los soldados se negaron a combatir. Huyó a París, donde encabezó varias organizaciones antibolcheviques y editó durante algunos años el periódico Dni. Finalmente, se trasladó a Estados Unidos y se dedicó a impartir conferencias sobre política y sociología. Falleció el 11 de junio de 1970 en la ciudad de Nueva York.
  • KOMINTERN.- Los contactos entre organizaciones obreras inglesas y francesas dieron lugar a la formación en Londres de la A.I.T. o Primera Internacional en 1864, se disolvió en 1872 a causa de la oposición entre Marx y Bakunin. La II Internacional (creada en París en 1889 fue disuelta durante la Primera Guerra Mundial y restaurada tras la guerra). Los revolucionarios rusos consideraban que los partidos socialistas europeos se habían alejado de las propuestas revolucionarias (destrucción del capitalismo) y se habían acomodado a la democracia burguesa (mejora de las condiciones políticas y sociales de la clase obrera). Ante este panorama los bolcheviques defendieron la necesidad de renovar el marxismo con la fundación de una nueva Internacional obrera, así nació la III Internacional (KOMINTERN) en Moscú en marzo de 1919 para coordinar todos los partidos comunistas del mundo. Siguió los mismos esquemas de organización que la Primera y la Segunda Internacionales. Nació con el objetivo de unificar todos los movimientos obreros de Europa en su lucha común contra el imperialismo y el nacionalismo. Esta propuesta produjo divisiones en el seno del socialismo mundial. La fractura se hizo evidente cuando en el Congreso de la Komintern de 1920 se aprobaron las 21 condiciones que debían cumplir los partidos que quisieran adherirse. Esto provocó el nacimiento de los partidos comunistas y la escisión socialista. La Komintern estableció su sede en Moscú y los partidos comunistas del mundo quedaron obligados a seguir sus acuerdos y disposiciones. Estuvo dominada primero por los bolcheviques y, luego, por el Partido Comunista Soviético, el más numeroso y poderoso. En la época de Stalin se convirtió en un instrumento político del Partido Comunista Soviético. En la II Guerra Mundial, Stalin procedió a su disolución en 1943, como concesión a los Aliados que la consideraban demasiado agresiva. En 1947 se reconstituyó bajo el nombre de KOMINFORM (Buró Comunista de Información) y estaba compuesto por Yugoslavia (hasta 1948), Bulgaria, Polonia, Rumania, Hungría, Checoslovaquia, Francia e Italia. Una vez más, fue un instrumento de poder en manos de Stalin. Finalmente, Jruschov lo disolvió en 1956, como parte de la campaña contra el estalinismo. Se habla también de una IV Internacional fundada por Trotski en México en 1938, sin trascendencia alguna. Y algunos autores hablan de la V Internacional al referirse a la cooperación entre los partidos socialistas democráticos de Occidente reanudada tras la Segunda Guerra Mundial (Conferencia Internacional Socialista).
  • KULAKS.- Término empleado en la lengua rusa para referirse a los campesinos adinerados. Antes de la Revolución bolchevique de 1917, los kulaks ocupaban una posición importante en los pueblos de Rusia, poseían su propio ganado y hacienda y solían contratar mano de obra. Estos campesinos propietarios de tierra fueron favorecidos por las reformas agrarias concedidas tras la revolución de 1905 por Stolypin, primer ministro del Zar Nicolás II. Los Kulaks mejoraron la agricultura rusa, pero sus tierras fueron expropiadas por Lenin durante el comunismo de guerra (1918-1920), aunque mediante la NEP (1921-1927) se les devolvieron las tierras. Los bolcheviques, y particularmente Iósiv Stalin y su grupo, rechazaron completamente la concepción de la agricultura basada en la propiedad privada, las granjas particulares y un campesinado próspero. A su juicio, ésta era la antítesis de la producción colectiva, el principio clave de la agricultura en un sistema socialista. Los planes quinquenales y la política de colectivización de Stalin se encargaron de volver a expropiar sus tierras, lo que supuso la desaparición definitiva de los Kulaks en 1929. Lo cierto es que no era posible diferenciar claramente a los kulaks de otros campesinos, por lo que esta medida sólo acarreó la muerte de millones de personas, lo que perjudicó y empobreció la agricultura soviética durante muchas décadas.
  • LENIN.- Vladímir Ilich Uliánov (Lenin) (1870-1924). Revolucionario y teórico político ruso, fundador del Estado que se convertiría en la Unión Soviética y presidente del primer gobierno establecido tras la Revolución Rusa de 1917. El primer incidente que alteró la tranquilidad de su juventud se produjo en 1887, cuando la policía arrestó y ejecutó a su hermano mayor Alexandr por haber participado en una conspiración para asesinar al zar Alejandro III. Lenin se matriculó en la Universidad de Kazán ese mismo año, pero fue expulsado al poco tiempo por participar en actividades revolucionarias radicales, se trasladó a la hacienda de su abuelo (1887-1888) allí estudió las obras clásicas del pensamiento revolucionario europeo, especialmente El capital de Karl Marx, y no tardó en declararse seguidor de la ideología de este pensador. Pasado algún tiempo, fue admitido en la Universidad de San Petersburgo y terminó sus estudios de derecho en 1891. En 1895 participó en la fundación de la Unión para la Lucha por la Emancipación de la Clase Obrera de San Petersburgo. La policía arrestó a los líderes de esta organización. Tras pasar quince meses en la cárcel fue deportado a Siberia hasta 1900. Huyó a Suiza, donde fundó el periódico Iskra (La chispa) en colaboración con Plejánov, Mártov y otros marxistas. Esta publicación se convirtió en un instrumento eficaz de cohesión entre los socialdemócratas. Lenin escribió su principal obra de teoría política, ¿Qué hacer? (1902), mientras se encontraba en el exilio. Su proyecto para la revolución se basaba en la existencia de un partido sometido a una férrea disciplina, compuesto por revolucionarios preparados para actuar como “vanguardia del proletariado” y conducir a las masas trabajadoras a una inevitable victoria frente al absolutismo zarista. La insistencia de Lenin en la importancia de la profesionalidad de los dirigentes revolucionarios dividió a los miembros del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR), y en su II Congreso (1903) las diferencias se hicieron más profundas. El grupo liderado por Lenin fue el que obtuvo la mayoría, de ahí el nombre de bolchevique (‘mayoría’ en ruso). Lenin pasó en Europa la mayor parte del periodo anterior a 1917. Regresó a Rusia durante la Revolución de 1905, pero se vio obligado a abandonar nuevamente el país en 1907 ante la misma falta de apoyo que acabó con la insurrección. En esta época escribió Materialismo y empirocriticismo (1909). Cuando estalló la I Guerra Mundial en 1914, Lenin se opuso a la intervención de Rusia en el conflicto alegando que supondría una lucha fratricida entre los obreros de toda Europa en beneficio de la burguesía y alentó a los socialistas a “transformar la guerra imperialista en una guerra civil”. Expuso y sistematizó la concepción marxista de la guerra en El imperialismo, fase superior del capitalismo (1916), en donde defendía que únicamente una revolución que destruyera al capitalismo podría proporcionar una paz duradera. La Revolución Rusa de marzo de 1917 (febrero según el calendario juliano) que derrocó al régimen zarista fue un acontecimiento que Lenin no había previsto, pero consiguió introducirse en el país en un tren procedente de Alemania. Su espectacular llegada a Petrogrado (el nombre con el que fue rebautizada San Petersburgo) se produjo un mes después de que los obreros y soldados hubieran derribado al zar. Los bolcheviques de Petrogrado, entre los que se encontraba Iósiv Stalin, estaban de acuerdo en que los representantes del Ejército y de los soviets (juntas) de trabajadores respetaran al Gobierno Provisional que se había establecido, pero Lenin rechazó esta línea de actuación. En las llamadas Tesis de abril alegó que sólo los soviets podían satisfacer las esperanzas, aspiraciones y necesidades de los trabajadores y el campesinado. El Congreso del partido bolchevique aceptó el programa de Lenin bajo el lema “todo el poder para los soviets”. Después de un fallido levantamiento de los trabajadores en julio de 1917, Lenin pasó en Finlandia los meses de agosto y septiembre ocultándose del Gobierno Provisional. Pocos días después de la revolución bolchevique de noviembre (octubre), Lenin fue elegido presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo (jefe de gobierno) y tomó las medidas oportunas para consolidar el poder del nuevo Estado soviético. No se nacionalizaron las empresas privadas, a excepción de los bancos, y Lenin ideó un programa para el establecimiento del socialismo. Aceptó los onerosos términos de la Paz de Brest-Litovsk para salir de la I Guerra Mundial. Sin embargo el joven régimen soviético tuvo que pagar el alto precio de una guerra civil (1918-1921) provocada por quienes consideraban amenazados los privilegios que tenían durante el régimen zarista, que contaban con el apoyo de potencias extranjeras. Gracias a la labor del Ejército Rojo, creado y organizado por Liev Trotski, el régimen soviético salió triunfante de este enfrentamiento. Cuando terminó el conflicto, Lenin instauró la Nueva Política Económica (NEP), que suponía aceptar la economía de mercado en la Unión Soviética y restableció la sociedad pluralista que había existido durante los primeros tiempos del régimen; no obstante, exigió la prohibición del multipartidismo e insistió en el principio de que un sólo partido controlara el poder. Sufrió tres apoplejías desde 1922 que le dejaron incapacitado para cumplir con las obligaciones de su cargo. Concluía así su carrera política. Falleció el 21 de enero de 1924 en la localidad de Nizni Nóvgorod, situada en las proximidades de Moscú. A pesar de sus muchos escritos era un hombre de acción y no un ideólogo.
  • MENCHEVIQUES.- Los mencheviques (en ruso Меньшевики, mensheviki) eran la facción moderada y mayoritaria del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, pero perdieron la votación, de ahí lo de "minoritarios". Su mayor moderación con respecto al bolchevismo se debía a que en cierto modo eran más ortodoxos en términos marxistas, en el sentido de que abogaban por una cimentación de la revolución burguesa, antes de que la revolución obrera tuviera lugar. Pensaban que era preferible contar con una base partidaria amplia, con un gran partido socialista de masas, a diferencia del modelo de partido único de "vanguardia del proletariado", partido pequeño, profesionalizado y relativamente cerrado que proponía Lenin. Consideraban que en Rusia debía darse en primer lugar una revolución burguesa durante la cual al partido obrero le correspondería ser el ala izquierda. Los mencheviques nunca fueron mayoritarios en la Duma (Asamblea) y tras la revolución rusa de febrero de 1917, a lo que más llegaron fue a compartir el Gobierno de los Soviets más importantes (Petrogrado, Moscú). Su participación en los Gobiernos provisionales de coalición, las varias escisiones que sufrieron y, sobre todo, el apoyo al cada vez más impopular Kerensky, condujo a una pérdida de voto en los meses previos a la revolución de octubre de 1917, dirigida por Lenin. Tras la toma de poder por Lenin, los mencheviques fueron perseguidos, aunque el partido no fue prohibido legalmente hasta 1922.
  • MUTIPLICADOR KEYNESIANO.- Forma parte de la teoría económica de Keynes resumida en su obra Teoría General de la ocupación, el interés y el dinero, de 1936. Sus planteamientos se basan en el aumento del gasto público, especialmente en obras públicas. El aumento del gasto inicial, transformado en salarios y bienes genera una nueva demanda, conocida como multiplicador keynesiano, en sectores económicos diversos. Keynes argumentó que el principal problema de la economía era la falta de demanda ante la caída de la inversión. Sin demanda los empresarios no tenían incentivos para aumentar la producción y el empleo. Por tanto proponía que el Estado incrementase el gasto público en actividades como obras públicas. El gasto del Estado generaría déficit público, pero eso no constituiría un problema, ya que si el Estado gastaba, aumentaba la demanda y ese gasto inicial, transformado en salarios y bienes, creaba nueva demanda sobre otros sectores (multiplicador keynesiano). El Estado con ello podría aumentar los ingresos por impuestos, y reducir, o incluso anular el déficit público inicial. Defendió la mejora de las condiciones salariales para aumentar la capacidad adquisitiva de la clase obrera. Argumentó que la prosperidad dependía de la inversión y el consumo, y no del ahorro. El papel de los capitalistas era invertir, y el de los trabajadores, consumir.
  • N.E.P.- Como consecuencia de la guerra civil y del comunismo de guerra, la economía soviética se hundió. La revolución empezó a perder apoyos: hubo levantamientos campesinos y de la marinería del puerto de Kronstadt. Ello hizo que el propio Lenin en el X Congreso del Partido Comunista Ruso de 1921 propusiese una reforma de la economía. La nueva orientación se concretó en la Nueva Política Económica que trató de revertir la crisis. Esta nueva política representaba dar marcha atrás en algunas de las grandes decisiones anteriores como la fulminante desaparición de la propiedad privada y el control estatal de la industria y la agricultura. Significaba la implantación de una economía mixta en la que algunos sectores socializados convivirían con un retorno a la economía del mercado, que permitiría la pequeña propiedad y los intercambios privados. La NEP cumplió rápidamente sus objetivos económicos y en 1926 la economía soviética había superado los niveles anteriores a la Gran Guerra. Pero la vuelta al mercado hizo subir los precios y las diferencias entre precios agrarios e industriales volvió a originar problemas de acaparamiento y desabastecimiento de las ciudades. Los beneficios privados hicieron aumentar las diferencias sociales y volvieron a tener cierta importancia los pequeños empresarios industriales y los campesinos acomodados (kulaks). La nueva política económica produjo también un serio debate en el Partido Comunista y reforzó el enfrentamiento interno entre las tendencias que defendían el mantenimiento de una economía mixta, y las que propugnaban la rápida socialización de la propiedad, la producción y la distribución de bienes.
  • NEW DEAL.- (En inglés, ‘Nuevo Reparto’ o ‘Nuevo Trato’), nombre que recibió la política económica y social aplicada en Estados Unidos por el presidente Franklin Delano Roosevelt a partir de 1933 para contrarrestar los efectos de la Gran Depresión. Tanto Roosevelt como el Congreso de Estados Unidos aprobaron un programa de medidas económicas y la creación de nuevos organismos federales para intentar reducir el desempleo y restablecer la prosperidad mediante nuevos servicios, regulaciones y subsidios. Este programa hizo del gobierno del país, por vez primera, el impulsor del cambio económico, en contraste con su tradicional papel pasivo de índole liberal. El New Deal implica la intervención del Estado en la economía. Este programa de Roosevelt era muy contradictorio, proponía aumentar la intervención del Estado y, al tiempo, reducir el déficit público recortando gastos. Las medidas más importantes del New Deal no implicaron un gran incremento del gasto público, sino que trataron de luchar contra el descenso de los precios (deflación), creando organismos para regular la producción y los precios. A partir de la Ley de Ajuste Agrario se creó el Agricultural Adjustment Administration (AAA), con el fin de reducir la producción agraria y recuperar los precios. Por su parte, la Ley Nacional Recuperación Industrial (NIRA) creó dos organismos oficiales: el National Recovery Administration (NRA) para fomentar los acuerdos de precios entre empresas y evitar su reducción, y la Public Works Administration (PWA) para promover grandes proyectos de infraestructuras que redujesen el desempleo y aumentasen la demanda. Dentro de este proyecto surgió el Tennessee Valley Authority, que construyó grandes presas hidroeléctricas en una de las zonas más deprimidas de Estados Unidos. Con el objetivo de impedir una crisis especulativa y bancaria, Roosevelt estableció un rígido control estatal sobre los bancos para asegurar su solidez financiera, al mismo tiempo que creó un seguro federal para garantizar las cuentas de los pequeños inversores en caso de quiebra bancaria. También se formó una comisión de valores y cambio, encargada de supervisar las emisiones de acciones y velar por el buen funcionamiento del mercado bursátil. Finalmente, y para favorecer las exportaciones, se impulsó una política monetarista, que devaluó el dólar en más de un 40% en el año 1934.
  • PLAN DAWES.- Plan Dawes, convenio establecido en 1924 para reducir las reparaciones impuestas a Alemania después de la I Guerra Mundial (1914-1918), derivadas del Tratado de Versalles. Una comisión internacional presidida por el banquero estadounidense Charles G. Dawes presentó un plan en el que se fijaban cantidades más razonables para las reparaciones y se facilitaban créditos en el extranjero, procedentes principalmente de Estados Unidos, para ayudar a Alemania a cumplir los plazos de sus pagos. El proyecto fue tajantemente rechazado por los políticos nacionalistas alemanes, que lo calificaron de esclavitud económica. No obstante, el ministro de Asuntos Exteriores, Gustav Stresemann, consiguió el voto favorable de las dos terceras partes de la cámara, el margen necesario para aprobar la propuesta, contando con el apoyo de los socialdemócratas y aprovechando las divergencias en el seno del principal partido nacionalista, el Partido Nacional del Pueblo Alemán. El 27 de agosto de 1924 el Parlamento alemán aprobó el Plan Dawes. En este proyecto se proponía que las tropas francesas y belgas, que habían ocupado la región industrial alemana del Ruhr desde 1923 para asegurar el pago de las reparaciones, se retiraran en 1925. Los alemanes, por su parte, tenían que comprometerse a entregar parte de sus fondos, tales como los ingresos procedentes del sistema ferroviario estatal, para costear las indemnizaciones. El banco nacional de Alemania también debía someterse a controles externos. Este plan fue reemplazado en 1929 por el Plan Young, en el que se reducían las cantidades previstas para las reparaciones.
  • RUSOS BLANCOS.- Conocidos también como Ejército Blanco o Guardia Blanca. Abarcó a las fuerzas contrarrevolucionarias pro-zaristas rusas que tras la Revolución de Octubre lucharon contra el Ejército Rojo durante la Guerra Civil Rusa desde 1918 hasta 1921. El calificativo blanco tenía dos significados. Primero, en contraposición a los rojos -que apoyaban a los soviéticos y comunistas-. Segundo blanco tenía connotaciones monárquicas: históricamente cada zar era llamado solemnemente el zar blanco. Las fuerzas blancas nunca fueron más allá de una débil confederación de grupos contrarrevolucionarios que habían servido en el ejército del zar Nicolás II y buscaban el retorno de la monarquía. A veces, los aliados occidentales de la Triple Entente y fuerzas extranjeras intervencionistas proporcionaron asistencia a las unidades del ejército. Eran fuertes en la zona Este del país, incluida Siberia, y los territorios del Norte. Junto a los blancos también lucharon una legión checa y algunas tropas inglesas y francesas. La Guerra Civil Rusa entre blancos y rojos duraría hasta 1921. El ideal blanco defendía la liberación de Rusia de los bolcheviques y otras fuerzas anárquicas, el establecimiento de un gobierno justo y honrado, la protección a los fieles de las persecuciones religiosas, los derechos del granjero a la propiedad de la tierra y la oportunidad de todos los rusos de elegir a un líder. Vencida la Guardia Blanca, oficialmente mediante un decreto de 1921 de la Comisión Central Ejecutiva de Rusia y del Soviet de Comisarios del Pueblo, entre dos y tres millones de personas pasaron a ser apátridas, motivo por el cual hubo una fuerte emigración de rusos antisoviéticos.
  • SOVIET.- (En ruso "consejo" o “asamblea”). Institución representativa rusa, que adquirió especial importancia durante la revolución de 1905, cuando se implantó, primero en San Petesburgo y luego en las demás ciudades, para coordinar las huelgas, representar a los obreros de las grandes industrias y otras acciones revolucionarias. Los soviets estaban constituidos por obreros, campesinos y soldados. Los soviets se volvieron a organizar y tuvieron un papel destacado en las revoluciones de febrero (sóviets mencheviques y eseritas) y de octubre de 1917 (sóviets bolcheviques). El de Petrogrado (antiguo San Petesburgo) se constituyó en un centro de poder alternativo a la Duma. Más tarde se convirtieron en fortalezas bolcheviques desde donde controlaron el desarrollo de la Revolución de octubre de 1917 y la toma del poder. Sirvieron de base para la formación de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia primero y de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1922. Teóricamente fueron el órgano fundamental de la organización del Estado. A partir de 1917, los soviets eran los consejos del pueblo elegidos por el sistema de listas unitarias para todos los grados de la administración de la Unión Soviética. El Soviet Supremo de la URSS era el equivalente del Parlamento y estaba formado por dos cámaras: el Soviet de las Nacionalidades y el de la Unión, tenía el poder legislativo. Sus miembros votaban al Presidium, órgano máximo del Soviet Supremo.
  • STALIN.- (Iósiv Visariónovich Dzhugachvili) (1879-1953). Político soviético de origen georgiano, moldeó los rasgos que caracterizaron al régimen de la URRS, Estado del que fue su máximo dirigente (1929-1953), y configuró más que ningún otro gobernante la Europa posterior a la II Guerra Mundial. Hacia 1910 adoptó el apodo de Stalin, “acero”. Nació en 1879 en Gori (Georgia). Asistió a la escuela religiosa de Gori (1888-1894). Mientras estudiaba teología, leyó El Capital de Karl Marx y pronto adoptó el marxismo ruso como forma de pensamiento. Expulsado del seminario en 1899 se afilió al Partido Obrero Socialdemócrata Ruso en 1899. La policía le detuvo en 1902. Fue exiliado a Siberia, de donde escapó en 1904. Fue la primera de las ocho detenciones que sufrió bajo el régimen zarista. Durante los últimos años del régimen zarista (1905-1917) Stalin apoyó siempre a la facción bolchevique del partido, pero su contribución fue más pragmática que teórica. Tras la revolución de febrero de 1917, regresó a San Petersburgo. Junto a Kámenev, controló las decisiones del partido en la capital antes del regreso de Lenin en abril. Ambos propugnaron una política de moderación y cooperación con el gobierno provisional. Dada su categoría de bolchevique experto en nacionalismo, Lenin le escogió como comisario del pueblo para las Nacionalidades tras la revolución de octubre. Junto a Trotski, asesoró a Lenin durante la guerra civil que siguió a la Revolución Rusa. Stalin participó en esa guerra como comandante en varios frentes. Reforzó su posición en el seno del partido por su obstinado trabajo de organización y dedicación. Fue comisario del pueblo para el Control del Estado entre los años 1919 y 1923 y se convirtió en secretario general del partido en 1922. Desde entonces surgieron las diferencias de opinión con Lenin. Tras la muerte de Lenin, se unió a Zinóviev y a Kámenev para, los tres juntos, gobernar el país (triunvirato). Con esos aliados temporales, Stalin actuó contra Trotski, principal candidato para suceder a Lenin. Eliminada la amenaza de Trotski, Stalin giró de nuevo, alineándose con Bujarin y Ríkov en contra de sus compañeros. En respuesta, Trotski, Zinóviev y Kámenev desafiaron la autoridad de Stalin. Este venció a todos sus rivales gracias a una hábil manipulación y utilización de los órganos del partido y del Estado, y en 1929, ya había consolidado su posición y su poder como líder único de la Unión Soviética. Ante el descenso de la productividad agraria, Stalin reaccionó con el abandono de la NEP y el inicio en 1929 de un programa de colectivización acelerada, dirigida contra los kulaks (campesinos propietarios). El proceso de industrialización desarrollado durante la década de 1930 tuvo mucho éxito. Elevó a la atrasada URSS al nivel de otras potencias industriales. A mediados de la década de 1930 Stalin inició una gran campaña de terror político. Las purgas, los arrestos y las deportaciones a los campos de trabajo afectaron a gran parte de la población de la URSS. Sus antiguos rivales fueron condenados a muerte. Un número indeterminado de dirigentes del partido y del Ejército desaparecieron durante este periodo, lo que despejó el camino a una nueva generación en la que se encontraban futuros dirigentes como Nikita Jruschov y Leonid Brezhnev. La dictadura del proletariado se había convertido en la dictadura de la burocracia del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y del propio Stalin; el temor inspirado por la policía secreta política (KGB) formaba parte esencial del régimen. Pese al Pacto Germano-soviético de 1939, las tropas alemanas invadieron la Unión Soviética en junio de 1941. El Ejército soviético (el Ejército Rojo) se encontraba muy debilitado por las purgas políticas de la década de 1930. Stalin dirigió personalmente la guerra contra la Alemania nazi y, tras la victoria soviética en la batalla de Stalingrado, se convirtió en uno de los líderes mundiales. Stalin participó en las conferencias de Teherán (1943), Yalta (1945) y Potsdam (1945), en las que logró el reconocimiento internacional de una esfera de influencia soviética en la Europa del Este. Acabada la guerra, extendió el dominio comunista sobre la mayor parte de los países liberados por el Ejército soviético, en los que se establecieron las denominadas democracias populares, uno de los elementos que propició el inicio de la Guerra fría. En enero de 1953 ordenó la detención de numerosos doctores en medicina de Moscú, principalmente judíos, acusándoles de asesinatos médicos y de conspiración contra el Estado. El llamado ‘complot de las blusas blancas’ parecía presagiar una nueva purga, que sólo evitó el repentino fallecimiento de Stalin el 5 de marzo de 1953 en Moscú. Stalin ha pasado de ser considerado un mito del socialismo internacional a estar incluido en la nómina de dictadores irracionales del siglo XX. En 1956 el XX Congreso del PCUS denunció a Stalin y comenzó el denominado proceso de desestalinización.
  • TROTSKI.- (Liev Davídovich Bronstein) (1879-1940). Teórico del marxismo y uno de los principales dirigentes del gobierno soviético hasta que fue expulsado y forzado al exilio por su rival, Iósiv Stalin. Trotski nació en Yákovka (Ucrania) en 1879. Se inició en la política en 1896, integrándose en los círculos del populismo (movimiento del socialismo agrario), pero no tardó en adherirse al marxismo. En 1897 fundó la Unión de Obreros del Sur de Rusia, por lo que fue detenido, encarcelado y condenado al exilio. Consiguió escapar de su destierro en Siberia en 1902, se trasladó a Europa y adoptó el seudónimo de Trotski (nombre de un carcelero que le había custodiado). Durante su estancia en el extranjero, se unió a Lenin, Mártov, Plejánov y otros miembros del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR) que editaban el periódico Iskra (La Chispa). No tardó en ascender en el partido gracias a sus dotes dialécticas. Durante el segundo congreso del POSDR, celebrado en Londres en 1903, Trotski se opuso a las teorías de Lenin y los bolcheviques y se unió a los mencheviques. Sin embargo, no estableció fuertes vínculos con esta facción dado su talante independiente. En 1905 participó en la revolución, en la que adquirió experiencia política gracias a su actuación como presidente del Soviet de San Petersburgo. Fue encarcelado en diciembre de 1905 y deportado a Siberia. Huyó de Siberia en 1907. El inicio de la Revolución Rusa en febrero de 1917 le sorprendió en Nueva York, donde colaboraba en un periódico ruso. Llegó a Rusia en mayo; una vez allí, no tardó en asumir la jefatura de la organización socialdemócrata interdistrital y se unió al Soviet de Petrogrado. Se le nombró presidente del Soviet de Petrogrado en septiembre. Coincidió con Lenin sobre la necesidad de derrocar al Gobierno Provisional establecido tras la primera fase revolucionaria. Dirigió con éxito la Revolución de octubre. Ocupó el cargo de comisario (ministro) de Relaciones Exteriores en el gobierno soviético que se constituyó a continuación, y negoció la paz por separado con Alemania en Brest-Litovsk. Posteriormente, actuó como comisario de la Guerra y a él se debe la fundación, promoción y dirección del Ejército Rojo, que consiguió una gran victoria durante la Guerra Civil rusa que sucedió a la revolución. Trotski fue el principal líder del Politburó después de Lenin, aunque tenía sus propios proyectos con respecto a la industrialización de Rusia. Cuando Lenin se vio obligado a retirarse de la vida política en mayo de 1922, tras haber sufrido una apoplejía, Trotski no se encontraba en posición de asumir el control del gobierno. Nunca había sido un defensor de la política de partidos, y no consiguió impedir que la troika compuesta por Grígori Zinóviev, Liev Kámenev y Stalin se hiciera con el poder. Sus violentos discursos no podían competir con la máquina burocrática del partido creada por Stalin. Sus adversarios políticos le destituyeron de su cargo de comisario de Guerra en 1925 y le expulsaron del Politburó en 1926; Stalin le envió al exilio a Asia central en 1928 y fue desterrado de la URSS en 1929. Trotski pasó el resto de su vida buscando un lugar seguro desde donde hacer públicas sus feroces críticas al estalinismo. Vivió en Turquía, Francia, Noruega y finalmente se instaló en México, invitado por el general Lázaro Cárdenas, presidente del país, en 1937. En la ciudad de México vivía en un palacete, defendido como fortaleza. El agente soviético Kótov, que desde México dirigía las operaciones contra Trotski, ordenó a Ramón Mercader, que había logrado infiltrarse en la casa como amigo de una de las secretarias, que acabara con él. Ramón Mercader, comunista español atacó a Trotski el 20 de agosto de 1940 con un piolet, que hundió en su cabeza; pero éste pudo reaccionar enérgicamente y pidió ayuda. Mercader fue hecho preso y permaneció en la cárcel 20 años. Trotski falleció el día siguiente.

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